La universidad como institución social nace en la Baja Edad Media, es decir hacia el siglo XII, periodo en el que instituciones como la Iglesia y el Papado han perdido cierta fuerza sobre la sociedad, al debilitarse la amenaza de los pueblos bárbaros que desde del siglo V d.C. asolaban a los habitantes del occidente de Europa. Esta acción deja en desventaja a las instituciones antes mencionadas sobre todo a la primera, que será objeto de crítica ante la avanzada de una nueva clase social que se ve fortalecida por el intercambio comercial con regiones fuera de los burgos (ciudades) y ante el discurso dominante que condena la acumulación de capital. La respuesta de la incipiente burguesía será la diversificación de sus acciones, en las que avanza de la simple producción y distribución de mercancías a la promoción de centros de saber que brinden conocimientos tanto de índole teórico como técnico en beneficio de una sociedad que empieza a secularizarse y a hacerse cada vez más compleja.