Hace veinte años, aproximadamente, tuve noticias de J. M. Coetzee gracias al curso “La nueva geografía de la novela”, que la Secretaría de Educación Pública incluía en la programación de la tan lamentablemente desaprovechada Red Edusat. Autores de talla internacional y de gran calidad, como la brasileña Nélida Piñón y la también sudafricana Nadine Gordimer, formaban parte de este curso.