La Constitución en cualquier país es la Carta Magna organizativa de las actividades y orden de un gobierno. Nuestra Constitución Mexicana de 1917 define completamente el resultado de una guerra fratricida y los deseos de orden, paz y libertad de un pueblo que sufrió y aún sufre en diferente orden de ideas, las más abyectas trampas de la sumisión perversa, provocadas por líneas ideológicas provenientes de las tradiciones históricas antiguas, medievales, modernas y contemporáneas.