Al finalizar el siglo XIX, muchos físicos distinguidos creían que ya no quedaba mucho por hacer en la física, solo cálculos y experimentos que mejoraran la precisión de los ya realizados. El físico norteamericano Albert A. Michelson se refería a esto en el año de 1894 diciendo que "todo indica que los principios de la física están ya firmemente establecidos y lo único que falta es mayor precisión". Sin embargo, y para sorpresa de muchos, durante los tres años sucesivos se realizaron importantes descubrimientos que abrieron nuevos campos de investigación en la física.
En 1895 Roentgen anunció su descubrimiento de los Rayos X. El famoso físico británico, William Thomson, después conocido como Lord Kelvin, manifestó públicamente que no creía en la existencia de esos rayos; que seguramente era una mentira. El siguiente año el físico francés Henri Becquerel comunicaba en un artículo el descubrimiento de un nuevo tipo de radiación que hoy conocemos como radiactividad. Dos años después del descubrimiento de los Rayos X, J. J. Thomson daba a conocer en Inglaterra en 1897, el descubrimiento del electrón.