Sal
A punto de morir evaporadas por el sol, las babosas arriban a la humedad y se reponen. Después, olvidando el peligro, se aparean voluptuosas.
Dos niños las contemplan arrobados. “¿Qué hacen?”. “Lo mismo que papá y mamá cuando dormimos”. Los ojos del más pequeño se intrigan.
El mayor desaparece y regresa. Jugando a ser dios, esparce sal sobre las babosas. Al verlas retorcerse, retrocede temeroso, como si hubiera pecado contra el padre y la madre.
Ambos niños huyen despavoridos.