Es muy frecuente involucrar a la arquitectura con las Bellas Artes, no obstante, es conveniente puntualizar los límites que esta relación puede tener. Creemos que la arquitectura no es una de las artes puras, como lo son: la música, la pintura, la escultura, la literatura, la poesía, la danza y el teatro, es decir, las que corresponderían a las siete musas que desde el tiempo de los griegos se tenían en mucha estima. En cambio, la arquitectura es destinada desde su aspecto netamente funcional, como se verá posteriormente.