La vieja aspiración de estudiantes, maestros e intelectuales de fundar una Universidad en el estado de Nuevo León empezó a tomar forma a finales de 1932. Por esas fechas el entonces gobernador del Estado, Francisco A. Cárdenas, viajó a la Ciudad de México a fin de tratar con las autoridades de la Secretaría de Educación Pública asuntos tendientes a la creación de nuestra institución. La Secretaría vio con buenos ojos esta aspiración y comisionó como asesor de los trabajos iniciales al Dr. Pedro de Alba, quien arribó a la ciudad de Monterrey en febrero de 1933.