En 1969 escribí: “Siglo XX. Siglo de inventos majestuosos y de descubrimientos inimaginados. Siglo de morir y de nacer; de violentar y de pacificar; de amar y de odiar; de defender y de matar. Siglo de luchas, luchas de clases. Siglo de prehistoria y de historia. Siglo XX”. A 31 años, al releer el texto con el que empezara lo que fue mi primera tesis, siento que alguna premonición inconsciente cruzó por mi mente, porque ahora, en los albores del siglo XXI, creo que efectivamente había certidumbre en el párrafo citado arriba.