Desde el nacimiento de la agricultura, cuando el hombre pasó de ser cazador-recolector y se transformó en sedentario, se han buscado alternativas para el control y combate de las plagas que atacan y destruyen parte de su tesoro más preciado: el alimento.
La constante búsqueda de alternativas condujo al hombre a seleccionar aquellas variedades y tipos de plantas que le proporcionaban más y mejor calidad de frutas, granos y/o follaje. En este preciso momento se inició la selección artificial de las plantas, mismas que, posteriormente, serían manipuladas a través de cruzas, injertos, etc., para mejorar la calidad del alimento o características agronómicas.