Apartir de la década de los 90’ se intensificaron las fuentes de información y las redes sociales; las herramientas, además, para aplicarlas, se hicieron cada vez más complejas, generando un espiral de datos que con el tiempo se hicieron difusos en su aplicación y difíciles de ordenar, de referir o de compilar causando, la mayoría de las veces, confusión o desinformación en el lector. Lo que acrecentó este fenómeno fue el uso indiscriminado del Internet, y otros buscadores electrónicos que, al aplicarse, no se verificaba si realmente era información fidedigna, mal seleccionada o mal aplicada. La información disponible se trasmite hoy en día a través de tantos medios y para tantas personas que se ha acuñado el término de sociedad de la información o sociedad interconectada o mundo digital; en fin, tantos términos como culturas o zonas sociales, pero todas, no importa el rubro, almacenan y trasmiten información ilimitada que actúan como factores determinantes para las actividades del ser humano, convirtiéndola en una sociedad del conocimiento