El general Joaquín Amaro fue uno de los militares más sobresalientes de la Revolución Mexicana. Su fama se forjó en el campo de batalla. Al mando de los “rayados” jugó un papel importante en la victoria del ejército constitucionalista en Guanajuato que prácticamente acabó con los villistas y, posteriormente, durante los
gobiernos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, fue pieza clave en la profesionalización de las fuerzas armadas que le valieron el apodo de “El perro guardián del ejército”.