El estudio de los hombres como personas sujetas a una identidad de género en América Latina ha estado marcada por enfoques centrados en el concepto de machismo; esta forma de estudio fue cambiando gracias a la incorporación de la perspectiva de género y el análisis interseccional, con lo que los estudios sobre las masculinidades han comenzado a explorar las diversas formas en que los hombres construyen su identidad en diferentes contextos, enfrentando problemáticas relacionadas con la violencia, la salud, la familia y las relaciones sociales. Así, se plantea una nueva forma de incidir en el estudio de las situaciones de los hombres en la que se permita entender las masculinidades no como un rasgo fijo, sino como construcciones dinámicas que reflejan las desigualdades y transformaciones sociales en América Latina.