Voy a tratar un tema extraño, a la vez controvertido, pero que no deja de asombrar al explicar cómo el tiempo corre más aprisa de lo esperado. Yo recuerdo que mis primeros 15 años de vida, desde que nací en 1965 hasta que salí de la secundaria en 1980, las situaciones ocurrían más despacio, lentas; con periodos de aburrimiento en el dolce far niente. De pronto, a partir de la década de los 80, siento y me da la impresión de que tuve una existencia tan efímera de la que apenas me doy cuenta del tiempo transcurrido. Por ejemplo, este año del 2021 que está a punto de concluir, tan rápido que se nos fue y tenemos esa percepción de que los días, las semanas y los meses se van propiamente volando.