La condición sanitaria mundial que estamos viviendo actualmente nos obliga a repensar la función de los sistemas educativos. Desde hace un buen tiempo se venía hablando del cada vez más frecuente uso de la tecnología en los procesos de enseñanza–aprendizaje y se veía como un proyecto a corto plazo el Modelo Híbrido; hacía ahí se estaban enfocando los esfuerzos de capacitación y equipamiento de los modelos educativos y de las instituciones educativas, para poder dar atención a los cambios disruptivos que ha generado el uso de la tecnología.