El interés por las lenguas clásicas no desaparece y creo que nunca desaparecerá. Siguen llegando hasta mí personas, generalmente profesionales, que desean aprenderlas o por lo menos tener un ligero conocimiento de ellas. Es cierto que el latín y el griego clásico no son castillos inconquistables, pero para llegar a dominarlos se necesita mucha dedicación. Un primer requisito es tener un amplio conocimiento de gramática española.