En lo inmediato anterior quedó establecido que el principio fundamental de la teona del b1g bang es completamente falso: no existe ningún indicio de que el llamado universo observable se esté expandiendo y, por lo tanto, queda sin sustento alguno la tesis, también constitutiva de esa concepción, de su origen en un remoto punto infinitesimalmente pequeño del espacio-tiempo y su posterior desarrollo hasta llegar a su estado actual. La teoría cosmológica del big bang carece por completo de fundamento científico, es errónea de principio a fin y constituye una escandalosa estafa intelectual. De hecho, sólo con nuestra argumentación previa ha sido probada fehacientemente la naturaleza rotundamente anticientífica de la teoría del big bang. Sin embargo, los físicos promotores de este desatino han vestido sus tesis con nuevas galas: la consideración de esta cosmología como una solución a la llamada "ecuación de Einstein" y la hipótesis de la radiación cósmica proveniente del "big bang", con lo que han pretendido dotar a sus despropósitos de una mayor fortaleza científica. Esto nos obliga a tratar estos dos temas con detenimiento. Es evidente, de entrada, que si no hay una expansión, el origen y evolución del universo no podrían representarse por ninguna ecuación, así fuera la de Einstein, el sabio por antonomasia, ni, tampoco, puede haber habido un estado inicial que produjese radiaciones de cualquier tipo perceptibles actualmente.