Nuestro padre, el Dr. Eduardo Aguirre Pequeño, fue médico, investigador científico, historiador, forjador de estructuras académicas, luchador social, Maestro Emérito, Doctor Honoris Causa por la UANL, Premio Humanitario Luis Elizondo, Premio Guggenheim, Premio Cívico Estatal en el Área Científica, así como Benemérito de la Educación; en fin, era un hombre multifacético. Estudió solfeo y música a profundidad, ejecutaba con gran maestría piezas de guitarra clásica, además era muy romántico, ya que los poemas dedicados a la naturaleza y a nuestra madre son excelentes; además de todo esto, fue un atleta muy importante en su juventud y deportista toda su vida, que es el tema que voy a abordar en esta ocasión.