Después de la Revolución Francesa, en plena época de la Restauración, un grupo de escritores políticos (Guizot, Thiers, Thierry y Mignet) sometieron a un concienzudo estudio el movimiento que acababan de presenciar. De sus análisis extrajeron la conclusión de que la sociedad se desarrolla regida por leyes intrínsecas y que sus cambios no obedecen a la voluntad de tal o cual persona, a los efectos de la legislación, a las determinaciones estatales o a los dictados de la “razón”, sino a las condiciones materiales que forman la base de su evolución, a la organización de la sociedad civil y a la lucha de clases que en ella necesariamente se produce; descubrieron que la “sociedad civil” es la que determina a la legislación y al Estado.