El desdén hacia esta alternativa histórica es evidente, puesto que los estudios críticos sobre el quehacer político son escasos en relación a lo hecho por otras propuestas en los últimos veinticinco años. El problema es que la actividad política no ha cesado en ese periodo, y hechos recientes así lo confirman: el ascenso de los nacionalismos, las causas de la migración, la llegada de gobiernos de izquierda, los nuevos modelos de participación ciudadana o la modernización en la comunicación y propaganda política, que tienen su origen en el reacomodo económico de los años ochenta y en el fin del mundo bipolar. Pese a tal panorama, la historia política aún se está reincorporando a la academia, por lo que bien vale la pena llevar a cabo una revisión al respecto, objetivo principal de este trabajo.