Uno de los aspectos más importantes que componen la cultura de una región es, sin duda, el gastronómico. Los platillos denominados “típicos”, ya que regularmente se consumen en una zona determinada, se desarrollaron a partir de la evolución de ingredientes y técnicas que dieron como resultado un producto particular. La construcción de un tramo carretero a finales de los años veinte del siglo pasado en la población de Ciénega de Flores, Nuevo León, detonó la creación de un platillo sencillo, ahora característico de la zona noreste de México: el machacado con huevo.